lunes, 4 de mayo de 2009

EL TENEDOR

Inauguramos un nuevo apartado dentro del blog.
Este será el espacio donde compartir todo aquello que creáis que puede servir para nuestro crecimiento interior.
Si la cuchara alimenta el cuerpo, el tenedor nos traerá alimento para el alma.

Esperamos vuestros artículos en nuestra también recién inaugurada dirección de correo electrónico. Se aceptan todo tipo texto, imagen, sonido o video, que queráis compartir y se puedan subir a la red.

Y el primer artículo que nos ha llegado es el siguiente:



Había una mujer que había sido diagnosticada con una enfermedad incurable y a la que le habían dado sólo tres meses de vida. Así que empezó a poner sus cosas "en orden". Contactó a su sacerdote y lo citó en su casa para discutir algunos aspectos de su última voluntad. Le dijo cuáles canciones quería que se cantaran en su misa de cuerpo presente, qué lecturas a hacer y con qué traje deseaba ser enterrada. La mujer también solicitó ser enterrada con su Biblia favorita. Todo estaba en orden y el sacerdote se estaba preparando para irse cuando la mujer recordó algo muy importante para ella.

"Hay algo más, dijo ella exaltada. ¿Qué es? respondió el sacerdote. Esto es muy importante", continuó la mujer.

"Quiero ser enterrada con un tenedor en mí mano derecha."

El sacerdote se quedó impávido mirando a la mujer, sin saber exactamente qué decir.
"Eso lo sorprende, ¿o no?" preguntó la mujer. "Bueno, para ser honesto, estoy intrigado con la solicitud", dijo el sacerdote.

La mujer explicó: "En todos los años que he asistido a eventos sociales y cenas de compromiso, siempre recuerdo que cuando se retiraban los platos del platillo principal, alguien inevitablemente se agachaba y decía, Quédate con tú tenedor”. Era mí parte favorita porque sabía que algo mejor estaba por venir... como pastel de chocolate o pay de manzana. ¡Algo maravilloso y sustancioso!

Así que quiero que la gente me vea dentro de mí ataúd con un tenedor en mí mano y quiero que se pregunten:

'¿Qué onda con el tenedor?'. Después quiero que usted les diga: 'Se quedó con su tenedor porque lo mejor está por venir".

Los ojos del sacerdote se llenaron de lágrimas de alegría mientras abrazaba a la mujer despidiéndose. Él sabía que ésta sería una de las últimas veces que la vería antes de su muerte.
Pero también sabía que la mujer tenía un mejor concepto del Cielo que él mismo. Ella sabía que algo mejor estaba por venir.

En el funeral la gente pasaba por el ataúd de la mujer y veían el precioso vestido que llevaba, su Biblia favorita y el tenedor puesto en su mano derecha.

Una y otra vez el sacerdote escuchó la pregunta:

"¿Qué onda con el tenedor?"

y una y otra vez él sonrió. Durante su mensaje el sacerdote les platicó a las personas la conversación que había tenido con la mujer poco tiempo antes de que muriera.
También les habló acerca del tenedor y qué era lo que simbolizaba para ella.

El sacerdote les dijo a las personas cómo él no podía dejar de pensar en el tenedor y también que probablemente ellos tampoco podrían dejar de pensar en él.
Estaba en lo correcto.

Así que la próxima vez que tomes en tus manos un tenedor, déjalo y recuerda que lo mejor está aún por venir...

DIOS LLENE TU CORAZÓN CON ALEGRÍA, AMOR, PAZ Y MUCHA FÉ.

1 comentario:

diglis dijo...

Gracias a quien haya contribuido con este texto, es algo que me anima mucho , el saber ... "que lo mejor está por venir".

GRacias, gracias y gracias.