lunes, 26 de julio de 2010

Gente Común ... y Sonriente : )


Solía leer muchos libros de personajes ilustres, y muchos de ellos me dejaron muy lindas enseñanzas. También asistí a charlas y talleres de expertos y gurus que, también en muchos casos, me inspiraron profundamente. Me apliqué con disciplina a leer y a seguir a los maestros. Pero pasado un tiempo me di cuenta que había otra manera de aprender, además de leer y escuchar. Era observar. Cuando me dediqué a observar, encontré un mundo maravilloso, un mundo que había permanecido oculto aunque lo tenía frente a mis narices. Era el mundo de la gente común y corriente. Aquellos que sin muchos aspavientos van por la vida haciendo lo que les corresponde sin llamar demasiado la atención. Hombre y mujeres consagrados a las tareas menos valoradas pero más importantes como sostener un hogar o barrer el patio de la casa. Hombres y mujeres que se levantan cada día a ganarse el sustento de manera honrada; que mantienen una sonrisa fresca en los labios y un comentario jocoso en su boca para levantar el ánimo a los que lo han perdido; que se enfrentan a los dolores y a las penas de la vida con valor; que se quejan poco y hacen mucho; que se mueren sin haber recibido una medalla ni una condecoración y que una vez que se mueren empezamos a reconocer su verdadero valor; hombres y mujeres simples por fuera pero grandes y poderosos por dentro.
Cada vez más me convenzo de que esos hombres y mujeres son los verdaderos iluminados...

jueves, 1 de julio de 2010

EL ALACRÁN


Un maestro oriental vio cómo un alacrán se estaba ahogando, y decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán le picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez y otra vez el alacrán le picó.

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: “Perdone maestro, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua el alacrán le picará?”.
El maestro respondió: “La naturaleza del alacrán es picar, el no va a cambiar su naturaleza y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar y servir”. Y entonces ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.

No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño, sólo toma precauciones.

Algunos buscan la felicidad, otros la rechazan.
No permitas jamás que la conducta de otras personas condicione la tuya.

“Cuando la vida te presente mil razones para llorar, muéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír”.
Recuerda: Si te ha dolido alguna vez el alma es porque Dios te he agarrado demasiado fuerte para que no caigas.