La aceptación del otro, dejándole su espacio y su tiempo requiere una previa aceptación propia...
Por qué?
Porque normalmente descargamos en el otro aquello que en nosotros no nos gusta, aquello que creemos que falla, y los miedos e inseguridades que tenemos....
La aceptación del otro es automática cuando nos aceptamos a nosotros mismos como somos...
Y cómo se puede hacer esto?
Tenemos que intentar escuchar que sucede, intentar comprender que nos pasa, y si en algunos casos descubriéramos que lo que nos invade es el MIEDO, hay que averiguar de donde viene ese miedo, porque en el presente no nos deja ser libres, y en la mayor parte de los casos no es un miedo por causas presentes, por algo que te ha pasado ayer, hace 1 mes o 1 año, si así fuera más fácil seria, pero normalmente no es así, el miedo surge como una medida de protección que utilizamos como mecanismo de defensa ante un hecho determinado que nos ha sucedido y nos ha hecho sufrir, ese miedo es inversamente proporcional al sufrimiento pasado.
De tal manera que lo utilizamos para protegernos ante cualquier otra posible “agresión” como la vivida....
Donde está el error?
1º que el miedo realmente no protege de nada aunque pueda parecerlo, al revés paraliza al que lo sufre.
2º que como consecuencia de ese miedo que arrastramos por una circunstancia del pasado, no nos deja vivir el hoy, ser libres hoy.
La consecuencia inmediata de estos hechos, es que una circunstancia del pasado, continúa condicionándonos nuestra existencia aunque nosotros no somos ya aquella persona ni son las mismas nuestras circunstancias...
¿Y que quiero decir con esto?
Pues que aquello que sucedió en un momento de nuestras vidas, debe quedar relegado a aquel momento, y darte cuenta que ni tu eres esa misma persona, y tu experiencia tampoco lo es, que ahora ante un hecho así tienes recursos suficientes para afrontarlo, y que es una pena que no puedas vivir el hoy porque el MIEDO no te permite verlo, porque no te deja sentir ni pensar, ni darte cuenta que el pasado vive aun en tu presente y no te deja crecer, ni ser libre, que vives anclado en un fantasma que ni uno mismo sabe ni el tamaño que tiene, porque seguro que aquella circunstancia o problema en el hoy, es una autentica nimiedad para ti....
Si consigues desmontar ese miedo, que no es fácil, pero que os aseguro que se puede hacer, comienza una aceptación propia que desemboca automáticamente en la aceptación del otro, porque ese tiempo y espacio que te has tomado tu para afrontarlo se lo vas a ceder inmediatamente al otro.
Y que ganas tu?
Pues además de quitarte una mochila enorme que llevas a la espalda...ganas PAZ Y SERENIDAD
martes, 14 de julio de 2009
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1 comentario:
creo que lo habeis escrito para mi !! jajaja. Mil gracias !!!
besos os veo pronto !!
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